La resiliencia es fundamental para sobreponerse ante los peores momentos
Los tiempos de crisis atraviesan todas las épocas. Los golpes existenciales, los tiempos de incertidumbre y de dolor, el ritmo alocado de la vida moderna, la falta de momentos con los seres queridos, los traspiés económicos y la falta de trabajo son algunos de los factores que influyen negativamente hasta generar infelicidad.
"Las intervenciones positivas no implican desconocer la necesidad de enfrentar las situaciones negativas. Son procedimientos centrados en la reeducación de la atención y la memoria, pero no niegan las experiencias dolorosas y de displacer que forman parte de la vida cotidiana", apuntó Viviana Kelmanowicz, psicóloga, docente en las universidades de Belgrano y San Andrés y una de las alma máter del Congreso Internacional de Psicología Positiva, algo así como el "Mundial" de la especialidad que se desarrollará el próximo jueves y viernes en la Universidad de Belgrano.
La psicología positiva enseña, con evidencia científica, caminos para atravesar estos tiempos con menor sufrimiento y ansiedad; a través del estudio científico se explica cómo las personas y las instituciones detectan, utilizan y optimizan sus fortalezas en pos de mejorar la calidad de vida en ellos.
Hay maneras posibles para mejorar la salud mental
Sonja Lyubomirski sostiene, en su libro "La ciencia de la felicidad" , que el rango en que se experimenta felicidad es en un 50% hereditario, y que sólo el 10% está definido por las circunstancias atravesadas, siempre y cuando las necesidades básicas estén cubiertas. El 40 % restante generará más o menos bienestar en función de lo que se haga y piense.
En momentos de crisis aumenta la incertidumbre, la desazón, la desesperación y la sensación de no control sobre la propia vidas, se desdibuja el futuro y el presente puede hacerse insostenible.
Los interrogantes abruman: ¿Es posible encontrar oportunidad en la adversidad? ¿Es factible atravesar e incluso transformar situaciones críticas en experiencias constructivas? ¿Existen personas que luego de vivir circunstancias de extrema carencia han logrado desarrollarse con una percepción de bienestar?
La resiliencia como emoción positiva
La palabra resiliencia es utilizada en física para designar la cualidad de ciertos materiales para recobrar su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora. Luego, el término fue adoptado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellas personas que, a pesar, de haber nacido o vivir en condiciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanas y socialmente exitosas
Edith Henderson Grotber, autora del libro "La resiliencia en el mundo de hoy", define a la resiliencia como "la capacidad del ser humano para hacer frente a las circunstancias adversas de la vida, aprender de ellas, superarlas, e inclusive, ser transformados o fortalecidos por estas".
Poner en práctica acciones intencionales que promuevan el bienestar es armar un colchón de protección para mitigar los golpes. La psicología positiva se ocupó del estudio del florecimiento humano y puso a las emociones positivas como una de las principales vías de acceso al bienestar.
La resiliencia permite transformar las crisis en éxitos personales
Bárbara Fredrickson, pionera indiscutida en el campo de las emociones positivas y su cultivo, profesora de la University of North Carolina at Chapel Hill y autora del Modelo de Ampliación y Construcción de Emociones Positivas sostiene que "las emociones positivas amplían la gama de pensamientos y acciones, creando comportamientos flexibles e influenciando la forma de gestionar la adversidad".
Uno de los beneficios más importantes que aportan las emociones positivas es que producen en el individuo un fenómeno de ampliación de la mente, lo vuelve más creativo, permite ver una gama de respuestas posibles a la hora de resolver problemas, y lleva a construir recursos personales para hacer frente al estrés.
La mayoría de las veces cuesta evitar las causas del sufrimiento y la adversidad pero tener en claro los recursos como poder echar mano a lo que ayuda en la travesía puede ser la manera de atravesarlas conscientes de los recursos y de aquello que fortalece.
Lo importante es tomar conciencia de que no se debe esperar que estas experiencias aparezcan, sino que es fundamental salir a buscarlas.
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