..."guionadas” por el Gobierno.
En la última audiencia del año del juicio por la “ruta del dinero K”, Lázaro Báez otra vez decidió leer un escrito confeccionado por sus abogados. Pocas veces levantó la mirada del papel. Su declaración apuntó a tratar de desvirtuar los dichos del arrepentido Leonardo Fariña. Dijo que lo vio “una sola vez” y que sus declaraciones estuvieron “guionadas” por el Gobierno y por los servicios de inteligencia, tal como vienen planteado, hasta ahora sin éxito, sus abogados defensores en la causa contra Marcelo D’Alessio, en Dolores.
Báez se refirió a Fariña como "el arrepentido”. Muy pocas veces lo mencionó por su nombre completo. “El arrepentido desconoce lo que es una certificación de obra, les pido a los jueces que lean la ley de obra pública. Han dicho que teníamos un canal privilegiado de pago, es falso, fui perjudicado por Vialidad Nacional”, arrancó su indagatoria.
Antes, en una breve introducción, se lo notó emocionado y hasta soltó alguna lágrima. Su reacción llamó la atención de aquellos que lo conocen.
El empresario volvió a repetir, tal como dijo hace un mes, en su última indagatoria, que fue “coaccionado para involucrar a la vicepresidenta" Cristina Kirchner. Esta vez no dio detalles de esa supuesta maniobra.
Báez sigue preso, aunque el Tribunal Oral Federal 4 ordenó el cese de su prisión preventiva en la causa por la “ruta del dinero k” tras un fallo de la Cámara de Casación Penal. El empresario mantiene preventiva en dos causas por lavado de dinero. En una de ellas, el fiscal Guillermo Marijuán se opuso a la excarcelación y dijo que aún podía entorpecer la investigación. El juez Sebastián Casanello convalidó esa decisión. En la otra causa, por el campo en Uruguay, hay una audiencia pendiente ante la Cámara federal.
El empresario -–cusado junto a sus hijos de lavar unos 60 millones de dólares– dedicó un tramo importante de su declaración para cargar contra Fariña. “Fue guionado para armar este circo mediático. Leyó una hoja con todos los conceptos y el juez Casanello lo dejó consignado. El 1 de agosto presentó un escrito referido a la obra pública luego de juntarse con el ministro (Germán) Garavano. En esa reunión se acordaron los términos de su futura declaración”, dijo. Y agregó: “Es claro y evidente los beneficios que obtuvo luego de sus declaraciones. Por ese señor estamos sentados acá”.
Sobre el final, Báez se enojó con el presidente del tribunal, Néstor Costabel, cuando le pidió que no repita presentaciones de sus abogados. En ese tramo, contó que tuvo discusiones con sus abogados y volvió a defenderse sobre el origen de su fortuna: “Mi dinero siempre fue blanco”.
El empresario no contestó preguntas. Y se fue a su lugar mascullando bronca.
Luego le tocó el turno a Martín Báez, detenido desde febrero de este año por movimientos bancarios de más de USD 5 millones en las cuentas del exterior.
El hijo mayor de Báez sorprendió con un look muy distinto al que siempre había mostrado: se cortó el pelo y ya no tiene la barba tipo “candado” que lo caracterizaba. A diferencia de su padre, no leyó su declaración y habló en un tono muy coloquial.
Martín Báez minimizó las imágenes de las cámaras de seguridad de SGI, que lo mostraban contando dinero junto a Daniel Pérez Gadín. “Me ofrecieron whisky y lo tomé”, dijo con una sonrisa nerviosa en su rostro.
Sobre las cuentas en el exterior, también les restó importancia: “El dinero siempre fue lícito, los bancos (de Suiza) corroboraron nuestros antecedentes, no son bancos que se crearon en la época del kirchnerismo”. En el final, relató dos reuniones, una en un estudio jurídico y otra con el fiscal Guillermo Marijuán, en las que le habrían ofrecido que su padre se arrepintiera para mejorar su situación judicial.
El juicio se retomará el 5 de febrero con los alegatos del fiscal y de las tres querellas, que podrían cambiar drásticamente su rol en el juicio por el cambio de autoridades en los tres organismos que representan al Estado: UIF, OA y AFIP. El tribunal espera poder dar a conocer el veredicto entre marzo y abril de 2020.
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