08 MAR | 07:42

La Puerta de entrada es a través de una mujer

Mal que nos pese, si nos pesa es así. Categóricamente. Los hombres no ingresamos a este mundo a no ser a través de una mujer. Este punto de partida dentro del mito judío/cristiano...Por Carlos Scagnolari
... sale de una magistral charla que mantuvieron Joseph Campbell y Bill Moyers en 1985 en el Museo de Historia Natural de Nueva York.
 
 
La mujer representa la vida. El hombre no entra a la vida si no es por una mujer y es la mujer la que nos trae a éste mundo de opuestos. ¿Y por qué hablamos del mundo de los opuestos? El mundo binario, porque es dónde nos reconocemos, donde nos encontramos desde que comenzamos a existir. Hombre-Divinidad, para más luego pasar a los opuestos Macho-Hembra, Blanco-Negro, Bueno –Malo, Claro-Oscuro, etc…
 
 
Nos reconocemos y manifestamos en el mundo de los opuestos, en los pares de opuestos nos reconocemos. 
 
 
Anterior a este estado de mundo, en el mundo onírico e idílico del jardín del paraíso, Campbell y Moyers se plantean que; en el mito de Adam y Eva, no existe el tiempo y donde los hombres y mujeres no sabían siquiera que son diferentes, los dos son criaturas asexuadas que únicamente se diferencian ante la divinidad. 
 
 
Sólo a modo conceptual, pregunto nada más…No deberíamos volver al estado pre-pares de opuestos donde el hombre y la mujer eran los mismo, criaturas idénticas que se diferenciaban sólo  de una divinidad.
 
 
Ahora bien. Podemos realmente desde un punto de vista central aceptar que, si no es a través de una mujer, el hombre no ingresaría a este mundo? 
 
 
Aceptando esta realidad podemos preguntarnos si: “desde ese reconocimiento de impotencia y lógica inferioridad, no será que desde allí la juzgamos y sojuzgamos”? 
 
 
Los indios Uspanishads que tenían varios cielos, el cielo al que iban los guerreros cuando morían era únicamente compartido con las mujeres en su rol de heroínas a poder engendrar vida. Ellas eran consideradas heroínas. Los guerreros y las mujeres compartían el mismo cielo. 
 
 
Entre los dos hacemos uno. Uno sólo es incompleto. Son los reinos del amor y la guerra. Debemos superar esta visión limitada binaria y considerar lo bueno de cada uno y potenciarnos desde otro lugar de respeto, más que la burda competencia yo puedo vos no.  
 
 
Debemos desterrar los atajos sin salida que nos colocan en situaciones de sufrimiento y buscar puertas de entrada al respeto.  
 
 
Y el respeto no tiene que ver con crear por ley o por decreto un x por ciento para nada. Nunca estuve de acuerdo con la ley de cupo femenino y no estoy de acuerdo tampoco con la ley de paridad. 
 
 
No puede existir desde el respeto que el Macho le otorgue a la Hembra un determinado cupo. No puede existir desde el respeto que la Hembra se ponga un techo del 50%. Todo tiene que ser medido desde la capacidad “no desde una mirada binaria” “50 y 50” desde la capacidad. Quién es el más capacitado para desempeñar determinado rol. Sin cupos. Sin trabas. Sin techos. Sin pisos. Desde dónde nos paramos los hombres para decir: ok aceptamos ley de paridad. ¿Desde dónde, desde que pedestal prehistórico nos paramos para decir ok les damos un xx cupo?   
 
 
Nosotros los hombres caminando juntos con nuestras mujeres, y Nosotras las mujeres, caminando juntas a nuestros hombres, sin juzgar para no ser juzgados, con una mirada pre pares de opuestos, no binaria, con todo el escenario amplio de libertades de género y de identificación auto percibida, debemos asumir nuestro rol de guerreros y del amor y salir a defendernos.
 
Un hombre o una mujer no violan………….Viola un violador/ra
 
Un hombre o una mujer no mata……………Mata una asesina/no
 
Un hombre o una mujer no maltrata………Maltrata un maltratador/a
 
Un hombre o una mujer no humilla………..Humilla el/la débil de alma.
 

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