...a sancionar cuarentenas obligatorias y toques de queda, eligió combatir la pandemia con un enfoque más abierto y polifacético.
Uruguay detectó el 13 de marzo el primer caso positivo de coronavirus en el país. Ese mismo día, el gobierno de Luis Lalle Pou declaró la emergencia sanitaria nacional, suspendió las clases en las escuelas y los eventos masivos.
Transcurrido un mes y medio, Uruguay registra 630 personas infectadas y 15 fallecidas. Pero hay 412 pacientes recuperados, lo que significa que solo quedan 203 activos, de los cuales apenas 11 se encuentran internados en salas de terapia intensiva. Lo interesante es que para lograr estos resultados no necesitó decretar una cuarentena obligatoria ni un toque de queda, como hicieron muchos países de la región. Apeló a la cooperación voluntaria de los ciudadanos para que se queden en sus casas lo más posible y estimuló el teletrabajo.
Además, tomó una importante batería de medidas destinada a atacar las múltiples facetas de la pandemia, desde las estrictamente sanitarias hasta las económicas, pensando también en una salida paulatina de la emergencia. Estas son las más importantes:
1. Escuelas rurales
Si bien las clases siguen suspendidas en la mayor parte del país, el Gobierno apuesta por una progresiva normalización de la educación. Con ese objetivo en mente, la semana pasada habilitó la apertura de 546 escuelas rurales de hasta 30 alumnos, a las que se sumaron el miércoles otros 369 establecimientos, de hasta 50 alumnos.
La iniciativa tiene sentido, porque los cursos tienen pocos estudiantes, lo que facilita mantener la distancia física, y los traslados no suponen una sobrecarga sobre el transporte público urbano, que es uno de los mayores desafíos. Si el resultado es satisfactorio, el paso siguiente será avanzar con las clases en zonas de mayor densidad poblacional.
2. Aliento a la inversión privada
Dada la enorme magnitud de la crisis económica que están generando en todo el mundo las medidas de aislamiento social, tanto las duras como las blandas, el gobierno uruguayo apuesta a un plan de estímulo para ayudar al sector privado a recomponerse y volver a la senda del crecimiento. Actualmente existe un programa de fomento a las grandes inversiones, que incluye importantes exenciones impositivas. Las autoridades económicas anunciaron esta semana que se bajará el mínimo del capital a invertir para acceder al plan —que es de 15 millones de dólares— y que se avanzará con nuevos recortes en el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas.
“Cuánto mejor sea la inversión y más los empleos a generar, mayores serán los beneficios”, dijo Lacalle Pou en una rueda de prensa, diferenciándose de los gobiernos que optan por subir los impuestos para aumentar la recaudación.
3. Seguro de desempleo
Conscientes de que en los inmediato es inevitable el crecimiento de la desocupación, el Ministerio de Trabajo decidió flexibilizar el acceso al seguro de desempleo. Al comienzo de la pandemia, creó un seguro parcial, para aquellos trabajadores que, sin haber perdido el trabajo, enfrentan suspensiones y una reducción de la jornada laboral. Ahora, las autoridades evalúan la posibilidad de acortar el periodo de aportes necesario para acceder al subsidio total, que se aplica en la actualidad a aquellos que realizaron aportes durante al menos seis meses en el último año.
4. Créditos y subsidios
Para proteger a los trabajadores por cuenta propia, que son en muchos casos los más afectados por el parate, el Ministerio de Desarrollo Social otorgará un subsidio de 6.800 pesos uruguayos (160 dólares) por dos meses a unos 10.000 monotributistas. Además, concederá créditos de 12.000 pesos (282 dólares) para trabajadores independientes, al que podrían acceder hasta 67.000 personas. Por otro lado, para las 118.000 familias de menores ingresos, beneficiarias del Plan Equidad, se repartirán canastas de alimentos.
5. Recorte de sueldos a funcionarios
Lacalle Pou anunció a fines de marzo una rebaja de jubilaciones y salarios de funcionarios públicos durante dos meses. El dinero será destinado a la creación de un fondo dirigido a cubrir los gastos provocados por la pandemia. Los descuentos alcanza los salarios que excedan los 80.000 pesos uruguayos netos (alrededor de USD 1.900) y oscilan entre el 5 y el 20 por ciento.
“Queremos anunciar la creación del Fondo Coronavirus para seguir haciendo frente a las erogaciones, que van a ser muchas (...) Ese fondo se va a nutrir de las arcas públicas, de algunas ganancias de organismos públicos, y también se va a nutrir de los ingresos de los funcionarios, porque es momento de que todos hagamos un esfuerzo”, dijo Lacalle Pou al anunciar la medida.
6. Test aleatorios
Todos los países que están empezando a relajar el confinamiento saben que una de las claves son las pruebas masivas. Es lo que puede permitir detectar rápido los nuevos contagios y aislarlos, sin necesidad de paralizar toda la actividad. Uruguay está yendo en ese camino, con una tasa de 5.400 tests cada millón de habitantes, que es más del triple que Argentina (1.240) y Brasil (1.597).
Con el objetivo de poner en marcha la construcción, que está paralizada en la mayor parte del país, se realizarán pruebas de coronavirus aleatorias a 400 obreros del sector, a partir de una muestra confeccionada por el Instituto Nacional de Estadística. Si los resultados son favorables, se realizarán procedimientos similares con otros sectores.
Adicionalmente, se ultiman los detalles para el sistema de testos en puntos móviles para que las personas puedan ir en sus vehículos y, sin salir de ellos, someterse a una prueba de coronavirus, un modelo exitoso implementado primero en Corea del Sur y replicado en muchos países del mundo. Es necesario ir con una cita previa, que se obtiene mediante la app Coronavirus UY.
Marcio Larrosa, (Izq) Marcelo Larrosa, (C) y el cardiólogo Robert Canessa con un respirador que desarrollaron y que es impulsado por un motor de limpiaparabrisas en Montevideo, el 9 de abril de 2020
7. Mascarillas
En otro paso pensado para disminuir el riesgo de que un aumento de la circulación de personas contribuya a propagar exponencialmente el virus, el Gobierno resolvió el uso obligatorio de mascarillas o tapabocas en lugares cerrados. Los policías tendrán un stock de tapabocas encima y, cuando vean a personas en la calle sin ningún tipo de cobertura, les darán uno.
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