15 OCT | 09:47
Casas en la celebración en honor a la Virgen del Rosario de polco
En primer término se celebró la misa a cargo del padre Carlos Baigorri y luego se realizó la tradicional procesión, con la presencia de imágenes santas.
Estuvieron presentes también el intendente de Chamical Daniel Elías, los diputados provinciales Renzo Castro y Dora Rodríguez, además del intendente de Ángel Vicente Peñaloza, José Albarracín y la diputada nacional Karina Molina.
Multitudinaria participación
Miles de fieles devotos a la Virgen del Rosario que llegaron del interior provincial y provincias vecinas, se sumaron a la procesión que se llevó a cabo en la localidad llanista de Polco, ubicada a 7 kilómetros de Chamical.
Se estableció un dispositivo preventivo de seguridad vial con la participación de la Policía Provincial y agentes del municipio al igual que puestos preventivos sanitarios por parte del Ministerio de Salud.
El gobernador Casas manifestó que a esta celebración "uno la ve y la vive con mucha devoción y fe".
Consideró que “alimenta nuestro espíritu, reafirma nuestra fe, nos enseña a seguir viviendo cono hermanos, en la fraternidad, con solidaridad, pero además compartiendo con el pueblo y toda esta gente de distintos rincones de la provincia y provincias vecinas".
Destacó que "en la medida que solo nos arrodillemos ante Dios vamos a reafirmar el compromiso con el pueblo y con nosotros mismos. Tenemos que dejar de mirar los errores de los demás y reconocer los nuestros; y a partir de ahí empezar a construir".
El gobernador Sergio Casas felicitó al intendente Daniel Elías y a los diputados del departamento por las mejoras que se hicieron en Polco, sobre todo por el asfaltado que brinda más seguridad a los visitantes.
La leyenda de Polco
El origen de la devoción no comenzó ayer, ésta se remonta a un milagro concedido tres siglos atrás.
Cuenta la leyenda que un arriero santiagueño, misteriosamente desviado de su rumbo, se encontró en Polco.
Sediento y agotado elevó una súplica a la Madre del Rosario implorando por un poco de agua para saciar su sed y aplacar el calor, al instante de su plegaria las palabras tuvieron eco en el reino celestial y allí mismo, entre las piedras, brotó generosa y abundante agua, produciendo el milagro tan esperado por aquel campesino santiagueño.
En gratitud por aquella bendición salvadora, el arriero trajo a Polco la venerada imagen de Nuestra Señora del Rosario y es así como llegó "La Celestial Princesa" (así llamada por los lugareños), a estas tierras.