24 MAY | 17:40

Hay un mundo que dejó de ser...Y un mundo nuevo que comienza a ser

El nuevo mundo a construir después de la pandemia, poco tendrá que ver a mi criterio con el mundo que estábamos acostumbrados a destruir. A diario cometíamos asesinatos a la naturaleza...Por Carlos Scagnolari
...despropósitos humanos hacia el universo y sobre todo un descreimiento en la raza humana lindante con la locura. Si se puede hablar de una locura cierta y determinada.
 
 
Desde las relaciones humanas, poco creíamos en el otro, poco nos fijábamos en el otro y en una actitud zombiniana, caminábamos con desprecio por la vida creyendo desde lo más profundo que la felicidad, nuestra felicidad dependía de todo lo que teníamos y no de poder disfrutar lo poco o mucho que teníamos. 
 
 
No nos importaba si el de al lado tenía un vaso de leche para sus hijos. Sí que en nuestra familia existan varios tipos de leche, tantos como puedan ser requeridos, descremada, potenciada y enriquecida de acuerdo a los integrantes de nuestra casa.
 
 
Con ese mínimo ejemplo podemos graficar el mundo que a mi criterio de apoco dejara de existir.
 
 
Y la pregunta es: ¿se terminó la avaricia? Y la respuesta es no, es una condición humana.  ¿No existirá más la acumulación indiscriminada de oros y valores contantes y sonantes? Y también la respuesta es no; es una condición humana. 
 
 
Pero creo que iremos hacia un camino de pensamiento moderno del mercantilismo. En el cual el rol del Estado tendrá un papel importante. No un Estado como lo teníamos considerado, viejo obsoleto, paquidérmico, torpe e ineficaz. Si un Estado moderno, dinámico, asertivo, creativo y eficaz.
 
Resulta que hoy, venimos a pedirle y a exigirle al Estado que nos solucione todo. Venimos a pedirle a la ciencia que descubra rápidamente la solución hecha vacuna para combatir el mal. Cuando hasta hace poco tiempo, denostábamos al Estado y a la ciencia le quitábamos presupuesto y la bajábamos de categoría.  
 
 
No menos cierto es que también con la pandemia, hemos descubierto que el Estado estaba sobre dimensionado y que, con menos de la mitad de los agentes estatales, el Estado funcionó, no se detuvo y mejoró sustancialmente su productividad.  Por lo tanto, deberíamos replantearnos una reconversión dinámica y efectiva para los agentes del Estado, que no son necesarios en la función específica que venían desarrollando y diagramar una nueva labor o deberán dedicarse a otro trabajo, a otra profesión, para sentirse útil, generar dignidad y ser considerados dentro de la sociedad como les corresponde.
 
 
Y es el Estado, los Estados de todo el mundo, los que salieron con sus trajes más o menos modernos y preparados a ponerle como se dice comúnmente el pecho a la pandemia. Y a preparar hospitales, reformar espacios, pudiste ver un ejemplo en el COE. Y proveer de recursos económicos para que no desaparezcamos por inanición. 
 
 
Y me pregunto nada más….has visto empresas privadas provinciales o nacionales, empresarios que hayan dicho acá están xxx millones de pesos para tal fin? Has escuchado: yo domo tantos respiradores para tal localidad? Yo me ocupo de tantos platos de comidas para tal comunidad? ¿Has escuchado a algún millonario riojano que se llenó sus bolsillos a cuestas del Estado donar tan sólo 100 mil dólares en respiradores? 
 
(Si es que los hubo, en algún caso puntual, en silencio, pido desde ya mis disculpas y consideraciones del caso.)
 
 
Estado y Ciencia son las palabras claves de un futuro próximo. También Solidaridad, Empatía, Compromiso, Responsabilidad Social.  
 
 
Lo cierto es que la actual pandemia, desnudó un rumbo poco feliz de los humanos. De pronto descubrimos que aquel que tenía mucho y aquel que tenía poco, teníamos las mismas limitaciones y no justamente culturales o intelectuales. 
 
 
Descubrimos que el olor del perfume francés tanto como el Polyana, pasaban desapercibidos ante el olor a lavandina. Descubrimos que toda la ropa que teníamos Armani, Key Bizcayne o Etiqueta Negra, no te identificaba en la calle ante la falta de un barbijo. Descubrimos que la flamante 4X4 estaba estacionada en el mismo lugar que la Zanella y se llenaba de tierra por el no uso, en todos los diferentes hogares. 
 
 
La pandemia nos igualó a todos. Poco importa si tenes 20 mil pesos o trescientos millones igual…no podés salir de tu casa, igual no podés comprar, igual no lo necesitas, igual, vayamos acostumbrándonos a esa palabra igual, igualdad. 
 
 
La prepaga que teníamos o tenemos…no nos sirve de nada porque si te contagias del bichito minúsculo e impertinente…tu destino inicial es el 107, luego una sala en un desconocido nosocomio y el final es el hospital público. Sin salas privadas, sin familiares con cama y tv. Y si tenías la mala fortuna de morir, serias cremado como todo el resto, metido en un cajón igual que el resto y llevado al mismo cementerio que iría el resto. Sin parcelas, sin florcitas, sin coronas …sin roble de Eslavonia, sin manijas de bronce y sin que tus familiares te puedan ver. Como todo el resto. 
 
 
Ese mismo hospital que ni tan sólo entraba en tus cálculos, ni sabías si existía alguno cerca, porque ante una emergencia tu prepaga te enviaba una ambulancia para trasladarte, la misma que vimos en las calles de Francia en el accidente terrorista de Charlie Hebdo.    
 
 
Hoy ante una emergencia pulmonar rogarías por tener una cama en ese hospital. Hay un cambio de valores. Si en el futuro con la experiencia de vida que nos dejó el Coronavid, te ocuparás "salvo demencias extraordinarias"  a que los hospitales tengan todos, el mismo nivel de excelencia. Y si no pensas así te merecías otro destino al de hoy. ¿Se entiende? 
 
 
También creo que la Salud no va a volver a ser como antes. No podremos concebir clínicas privadas con equipamiento y tecnología de punta, (no me refiero a nuestra provincia que no las hay) y hospitales públicos que se vienen abajo  , deberemos imaginar un hospital público de excelencia al mismo nivel que los privados, ni más ni menos. Del mismo modo que no deberíamos poder concebir obras sociales manejados por sindicalistas millonarios y trabajadores cautivos pasando necesidades hospitalarias. 
 
 
Hoy todos los niños van a la misma escuela, la de la casa. Ninguno va a la escuela. No tampoco a la escuela privada. Pero en éste caso, las diferencias siguen existiendo, porque no todos los niños tienen conectividad, no todos tienen Smartphone espectaculares, no todos tiene internet gratis, etc, etc, etc, por ende, no todos pueden recibir la misma capacitación virtual y eso marca una diferencia importantísima a la hora de elevar el bienestar educativo.  Y el nivel de oportunidades igualitarias.  Pensando en el desarrollo de un mundo mejor, no en el desarrollo personal de la chacra propia.  
 
 
Creo que quiero dejarte una línea abierta para que a modo de Home Works puedas incluir vos con letra propia tu lista de prioridades que se desvanecieron a partir del coronavid…………………………..
 
 
Yo no sé explicarte cómo vamos a vivir de ahora en más, pero casi con absoluta e impertinente seguridad, sí te puedo decir que nada va a ser igual. 
 
 
Dejemos de cruzar continentes llevando los dólares acumulados, a escondidas, a hurtadillas, sin que nos vea nadie, para meterlos en un sarcófago frio de acero templado, sólo para suponer que están ahí, seguros, congelados, improductivos, extremadamente avarientos y muertos.
 
 
Dejemos de amargarnos porque hace un calor tremendo o porque llegó el frío, dejemos de creernos pequeños dioses, dejemos de considerarnos el pupo del mundo y reconozcamos nuestro finito existir en el infinito del todo. Dejemos de vivir disconformes porque no logramos tener lo que nuestro ego iracundo cree que nos merecemos tener para demostrar que somos mejores que el otro y que el resto. 
 
 
Dejemos de despotricar porque queremos producir, producir…para seguir acumulando. Despotriquemos y aportemos para que nuestro prójimo tenga lo mismo que nosotros, cada uno en nuestro encierro, que no necesitemos nada mientras tan sólo podemos “mira vos que importante” (estar encerrados mirando nuestra vida pasada, recorriendo nuestra vida presente y planificando, soñando cómo vamos a vivir de ahora en más y cómo podemos ser mejores seres humanos.) De eso nos deberíamos estar preocupando. En lugar de estar angustiados porque nos están cuidando. 
 
 
De sólo eso deberíamos estar trabajando en vivir el hoy,  que es lo único que podemos planificar. Hoy.  
Y esto no se trata de zurdismo, menos de populismo. Sabes,  si me seguís en mis días qué lejos estoy de un pensamiento populista y que pertenezco a un pensamiento más amplio que derecha o izquierda. No creo ya que exista la derecha o la izquierda como tenemos concebido en nuestra archienemiga cabeza. 
 
 
Comencemos a ver con los dos ojos, dejemos de mirar con uno sólo, los dos ojos nos dan la imagen completa. Utilicemos a nuestros dos ojos como la avanzada del corazón* no de la avaricia.  Comencemos a reconocernos con el corazón. Incluyamos poesía a nuestras vidas. Llenemos de música nuestros espacios libres. Pintemos cada día del color que más deseamos. Disfrutemos del poder salir a la calle a caminar y a respirar mañanas y soñar atardeceres. Seamos agradecidos, respetuosos, agradezcamos el respirar, volvamos a sonreír, a reírnos a carcajadas, llenemos nuestros días de vida y libertad.
 
Lo importante de nuestra vida no te lo voy a decir yo…lo viviste en carne propia con éste encierro involuntario y obligatorio para que nos salvemos la mayor cantidad de humanos posible.
 
Seamos responsables y libres. La Libertad. 
 
 
*
Los indios Upanishads decían algo así como que cada ojo ve una parte de la vida, por lógica los dos ojos solo pueden ver el todo. Si miramos con un solo ojo, podemos cometer el error de pensar que estamos viendo el todo completo cuando no es así. Los ojos como en una guerra…son la avanzada del corazón, salen a buscar lo que el corazón necesita; recién cuando los dos se ponen de acuerdo entonces nace un verdadero amor.  
 

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