...en un acto junto a Axel Kicillof e intendentes bonaerenses. “Encarcelar a todos y no construir prisiones no tiene sentido, es todo marketing”, disparó en referencia al gobierno que lideró Mauricio Macri.
En un acto junto a Axel Kicillof e intendentes bonaerenses, el presidente Alberto Fernández reavivó la discusión sobre las cárceles y las condiciones de hacinamiento que convierten a los centros penitenciarios en un peligro en medio del brote de coronavirus.
“La pandemia dejó la muestra de la desigualdad en la que vivimos, lo primero que debe enseñarnos es que vivimos en un país injusto y ahora nadie tiene excusa de decir ‘no me di cuenta’, porque todos lo vimos", señaló el jefe de Estado, antes de marcar que “el desafío no es mano dura o mano blanda”.
“Encarcelar a todos y no construir cárceles no tiene sentido, es todo marketing”, disparó en referencia al gobierno anterior. “Tener ahora en las cárceles personas en riesgo y que el Estado no reaccione es un acto inhumano. Y nosotros abrazamos la política porque la humanidad es lo que nos importa”.
El mandatario realizó esa reflexión minutos después de que el gobernador Kicillof anunciara la creación de un total de 2.000 nuevas plazas en el Servicio Penitenciario Bonaerense: 650 nuevas, que se suman a las 1.350 que informó hace unas semanas.
Una gran parte del discurso del Presidente estuvo enfocada en la desigualdad que se observa en la Argentina: “Decimos vivir en un país federal, pero en los hechos actúa como unitario; con un Estado que acumula y distribuye con cierta discrecionalidad y gobiernos provinciales que toman y distribuyen con discrecionalidad. Lo que necesitamos es un sistema que distribuya a cada uno lo que corresponda".
Luego de esa introducción, el mandatario hizo foco en el distrito bonaerense: “Uno se pregunta por la provincia de Buenos Aires, que produce el 41% del PBI, que tiene una densidad demográfica impresionante y ha crecido como ninguna provincia en los últimos 30 años, por qué le toca lo que le toca”.
“Buenos Aires sigue recibiendo no solo habitantes del Norte sino de países hermanos, que llegan a un lugar que no tiene los recursos para poder desarrollar en condiciones de dignidad la vida de cada uno”, remarcó el jefe de Estado, que así reabrió una larga discusión sobre la distribución de recursos.
“Lo que nos pasa con el coronavirus, que queda concentrado en el AMBA, demuestra cuál es el efecto real del hacinamiento y sus consecuencias; cómo podemos ver semejante diferencia tan cercana y no reaccionar”, reflexionó antes de reclamar que algún día habrá que sentarse a discutir “cómo hacemos para que la Argentina deje de ser un país riquísimo en el centro y pobrísimo en el Norte y en el Sur; cómo hacemos para que los que están en el Norte encuentren la posibilidad de vivir, disfrutar y morir en el mismo lugar donde nacieron. Ese es el desafío que la pandemia nos exige”.
En ese contexto, señaló que “en Villa Azul (el barrio bonaerense que fue aislado) están las dos Argentinas”. El ejemplo apuntaba a que de un lado estaba la zona que pertenece a Avellaneda, donde –destacó– está “el barrio que se construyó con condiciones dignas, en el que el contagio es infinitamente menor que cuando verificamos en la zona más débil de ese mismo barrio”, que pertenece al partido de Quilmes, donde hasta finales de 2019 gobernó Juntos por el Cambio.
“Si somos gente digna, no podemos permitir que esa situación de desigualdad se profundice. Pero no va a haber magia del mercado que lo haga, lo tenemos que hacer nosotros”, destacó Alberto Fernández antes de cerrar con una frase con tono de promesa. “Tenemos una suerte: en medio de tanto dolor y entre tanta pena, tenemos la suerte de que ese país más justo nos tocó construirlo a nosotros. Y yo no voy a dejar pasar la oportunidad”.
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