Asumiendo y respetando los protocolos determinados por el Gobierno de la Provincia, se desarrolló durante la tarde del sábado 13 de junio la celebración por el Cuerpo y la Sangre de Cristo, la misma se vistió con profunda devoción y emoción, además de un profundo sentir ante la ausencia de fieles que año a año se reúnen para celebrar junto a todo el pueblo religioso la tradicional fiesta de “Corpus Christi”.
La pandemia por el Covid-19, transformó los modos de vivir las celebraciones Eucarísticas y la manera de compartir y vivir la Fe, sin embargo, el fervor de lf se mantiene latente y esperanzado ante el pronto retorno de las actividades y eventos que unen al pueblo riojano.
La celebración precedida por el Obispo Dante Braida, manifestó la nostalgia ante la ausencia de los fieles que año a año se acercaban a vivir esta fiesta y la tradicional procesión por las calles del centro de la Ciudad. El santuario albergó durante la celebración únicamente a Monseñor Braida, el Presbítero Pablo Delgado y a algunos servidores que con total entrega asumen este compromiso con gran devoción.
“Es parte de la renuncia de este tiempo”, expresó Monseñor, de cara a la celebración que lejos de vivir el tradicional encuentro, lleva a toda una comunidad a adentrarse a sus hogares, distanciarse de los seres queridos, del servicios, momentos y afectos, asumiendo nuevos aprendizajes, nuevas formas de relacionarse y de actuar por el bien común y de manera colectiva.
Asimismo, manifestó que “una misión esencial de los sacerdotes es llevar adelante la tarea encomendada por Jesús a los Apóstoles al decirles “hagan esto en memoria mía”. La misión de hacer presente al mismo Jesús en la Eucaristía como pan para el alimento del Pueblo de Dios”. Además de fomentar y pedir el acompañamiento activo de los fieles sacerdotes de la Diócesis, quienes ante la difícil situación que el pueblo riojano expresa, manifiestan la presencia activa para acompañar y responder a las carencias espirituales y humanas.
“Así como tenemos necesidad de comer, de alimentarnos para poder mantenernos con vida; de modo semejante Jesús nos dice que tenemos recibirlo a Él para tener vida cristiana, vida eterna. Por eso esta fiesta es una invitación a renovar nuestras Fe en Jesús, Eucaristía, fuente de vida y amor”, dijo Monseñor Braida durante la homilía por la celebración de Corpus Christi.
También, expresó durante la celebración de la Eucaristía, la importancia de los hombres y mujeres a manifestarse generosos, “vivir entregados plenamente a asumir con amor los momentos que tocan vivir, además de amar la vida de nuestros hermanos, buscando caminos comunitarios para crecer y encontrar soluciones de este tiempo” manifestó.
Por otro lado, expresó la importancia de acompañar y asumir el trabajo constante que realizan hombres y mujeres por la colecta anual de Cáritas, la cual expresa en su lema “Tu generosidad aumenta la esperanza” instando a toda la sociedad a responder ante las necesidades diarias que se hacen presente en la cotidianeidad de la vida. “También vemos necesidad de compañía o contención en muchos que se sienten solos. El amor eucarístico de Jesús siempre nos lleva a salir de nosotros mismo para ir al encuentro del prójimo para involucrarnos generosamente en sus necesidades” comentó.
Por otra parte, el Obispo animó a los fieles a valorar la presencia Eucarística en la vida cotidiana, “que nos ayude a manifestar en obras concretas y en comunidad el amor generoso que ella contiene para que así podamos vivir plenamente cada día de nuestra existencia y encaminarnos de modo seguro a la Casa del Padre” dijo.
Por último, concluida la celebración, Monseñor Braida, realizó una procesión Eucarística en el interior de la Iglesia Catedral y bendijo al pueblo riojano desde el átrio de la Basílica San Nicolás, como signo de la presencia de Dios en los hogares y en cada rincón de esta bendita tierra.