La pareja que se casó violando la cuarentena para cumplir con una promesa por la salud de su hijo: Victoria Rueda, Leo Stach y su hijo Tomás (Foto / Facebook).
El párroco de la Iglesia Marcelo Bravo, el matrimonio y tres asistentes recibieron una notificación de la policía
Desde el sábado a la noche, cuando se viralizó el video de una pareja de novios saliendo de la Iglesia San Miguel Arcángel durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, los habitantes del municipio entrerriano de Bovril no hablan de otra cosa. Fue un transeúnte quien registró la secuencia con su celular y la hizo llegar a los medios locales. Pero no quedó ahí: autoridades policiales intervinieron en el tema y decidieron notificar a los protagonistas del ilícito.
Además del sacerdote, Marcelo Bravo, también fueron notificados los recién casados, Victoria Rueda y su esposo, Leo Stach, y tres personas más que asistieron a la boda. “En total son seis personas notificadas por haber violado el decreto de necesidad y urgencia que impide las celebraciones y reuniones durante la pandemia por el COVID-19”, confirmó a Infobae Edgardo Corona (50), jefe de la Departamental La Paz de Policía.
Si bien en la localidad no se registró, hasta el momento, ningún caso positivo de COVID-19; según el último parte epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud de la provincia, se confirmaron 16 casos nuevos y un total de 160 infectados.
Desde su cuenta de Facebook, el intendente de Bovril, se hizo eco del escándalo y reveló que la pareja había pedido permiso para casarse y que no se los habían concedido. “Hace una semana recibí de parte del Director de Prevención y Seguridad del municipal el planteo del Cura Párroco pidiendo autorización para realizar la celebración. Lo cual fue una respuesta de un NO ROTUNDO. Ante la sorpresa de su realización le he solicitado al Jefe de Policía local de la Comisaría N 16 Bovril que actúe según las normas vigentes en consonancia y en equidad con todos los eventos sociales o actividades que no se encuentran autorizadas”, apuntó Fabián Valenzuela.
Desde su cuenta de Facebook el intendente de Bovril, Fabián Valenzuela, se hizo eco del escándalo y reveló que la pareja había pedido permiso para casarse una semana antes y que no se los habían concedido.
Hacia el final de su descargo, Valenzuela pidió paciencia a los casi 9 mil habitantes de Bovril e hizo hincapié en la responsabilidad social. “Aprovecho para solicitar una vez más tolerancia, solidaridad y respeto por el otro en un momento donde la pandemia y la posibilidad de contagiarnos está a un paso. Evidentemente no es un problema de controles de ingresos, sino de controles de conductas sociales solidarias”, concluyó el intendente en un posteo que tuvo amplia aceptación entre sus seguidores.
Asimismo, comunicó que elevará una nota al Arzobispado de Paraná “poniendo en conocimiento de la situación y para que se llame a la reflexión a quienes participan del sacerdocio en Bovril para que esto no vuelva a ocurrir”. “No pretendo tener un enfrentamiento con la Iglesia. Simplemente invocar a la reflexión para no generar un enfrentamiento social”, aseguró más tarde en un canal de televisión.
Infobae intentó ponerse en contacto tanto con el sacerdote, como con los integrantes de la pareja, pero no tuvo respuesta de ninguna de las partes. No contestaron el teléfono ni los mensajes.
Esta mañana, sin embargo, Victoria Rueda dialogó con una FM local, contó los motivos por los motivos por los que desoyeron la ley, habló de una promesa, y defendió al párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel. De acuerdo con la mujer, el padre Marcelo Bravo fue “un instrumento de Dios” para que tanto ella como su marido pudieran cumplir una promesa que habían hecho en función de la salud de su hijo que nació con hidrocefalia, espina bífida y sin esperanza de sobrevivir.
“En seis días Tomasito cumple seis años. Nació con hidrocefalia y espina bífida, sin esperanza alguna de sobrevivir. Hoy, frente a todos los malos pronósticos, está con nosotros, gracias a Dios y a nuestra inmensa Fe. Hoy nos besa, nos abraza, nos dice mamá y papá. Y va progresar más, va hablar y va a caminar”, arrancó Victoria Rueda con la voz entrecortada.
Luego aclaró que no hubo festejos ni baile. “La fiesta fue de Dios en el cielo por nuestro matrimonio. Solo estuvimos con mis hermanos y cuñados y mi madre. Después de la ceremonia, cada uno se fue a su casa”. Seguramente quien no haya pasado lo que a nosotros nos tocó vivir, no lo comprenderá. ¿Por qué tanto odio? ¿Por qué tanta maldad hacia nosotros, hacia el padre Marcelo? En cualquier supermercado, tienda o cajero hay más personas de las que hubo en nuestra ceremonia. Eternamente agradecida al padre Marcelo Bravo y a Gustavo Olmos, que fue quien bendijo nuestra unión matrimonial”, concluyó.
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