Mientras en el Senado Cristina Kirchner convocó a una sesión para debatir la creación de una comisión Bicameral que investigue los créditos otorgados por el Banco Nación a la agroexportadora Vicentin, en la Cámara de Diputados el presidente Sergio Massa volverá a convocar a los jefes de los distintos bloques para renovar el pacto de un mes atrás que permitirá mantener por otros treinta días las sesiones a distancia.
En el Senado el Frente de Todos tiene quórum propio y mayoría simple. En su caso, el protocolo de funcionamiento lo mandó a redactar la propia vicepresidenta de la Nación. Para lograr consenso tuvo que hacer algunas concesiones como sesiones de seis horas y no cuatro y la presencia en el recinto de los vicepresidentes del cuerpo. Sin embargo antes de su vencimiento su bloque cambió las reglas. Fue después de que la oposición no concediera los dos tercios para tratar proyectos sobre tablas.
Los senadores habían puesto por escrito una condición. Quedó plasmada en el artículo segundo que sólo habilita las sesiones virtuales o remotas que “trataran sobre medidas específicas en el marco de la emergencia sanitaria”, tanto requeridas por el Ejecutivo como las propuestas por los senadores “que sean necesarias para combatir el COVID-19 y las que deriven para prevenir sus efectos”.
Los diputados hicieron en cambio un pacto de damas y caballeros. El minucioso protocolo se discutió intensamente en dos comisiones, la de Modernización Parlamentaria y la Peticiones, Poderes y Reglamentos. Participaron figuras centrales de todos los bloques que acordaron hasta los más mínimos detalles. No escribieron la regla fundamental que acordaron los jefes de todos los bloques de palabra: no tratar temas conflictivos que requieran arduo debate, como el aporte extraordinario de las grandes fortunas que elaboraron Máximo Kirchner y Carlos Heller o la reciente idea de expropiar Vicentin.
Ningún bloque tiene mayoría propia ni el número para lograr quórum y abrir una sesión. La distribución de las bancas obliga al consenso. El Frente de Todos cuenta con 119 diputados y Juntos por el Cambio con 116. La llave para abrir una sesión y ganar una votación la tienen los 22 diputados de los monobloques y de los interbloques, entre ellos el Federal y Unidad Federal para el Desarrollo.
La mayoría, según pudo confirmar Infobae, está de acuerdo en renovar el pacto y votar el protocolo de funcionamiento remoto por otros 30 días. En Juntos por el Cambio “hay voluntad” para acompañar, dijeron varias fuentes. Incluso la semana pasada hubo un pre acuerdo entre Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, el vice del cuerpo Alvaro González (por el PRO) y los jefes del interbloque y los bloques Mario Negri, Cristian Ritondo y Maximiliano Ferraro. No participó ese día Máximo Kirchner jefe del bloque del Frente de Todos. Según se informó dos días después esa tarde se encontraba aislado a la espera del resultado del hisopado al que se sometió tras haber mantenido una reunión con Martín Insaurralde, internado por haberse contagiado COVID-19.
En esa reunión los dirigentes opositores reiteraron que no aceptarán que se discutan temas sin consenso, es decir que no darán quórum para que ocurra lo que está ocurriendo en la cámara alta.
Lo que no está claro aún, y que discutirían probablemente este miércoles, es si habilitarán temas que no estén vinculados directamente con la pandemia. Todo parece indicar que será así, que el problema son los proyectos de alta conflictividad, o con votaciones muy parejas, como serían Vicentin y el impuesto a la riqueza, para los que consideran se requieren sesiones presenciales y no remotas.
“Tenemos predisposición, depende de lo que propongan”, señaló una importante fuente opositora a Infobae. Varios quieren volver a sesionar con temas de consenso pero los únicos que no tienen problema es discutir el impuesto a la riqueza o Vicentin son los diputados de la izquierda, Nicolás del Caño y Romina del Plá.
Un jefe de uno de los bloques más chicos, el lavagnista Alejandro ‘Topo’ Rodríguez, reclamó: “Ya van dos semanas perdidas con Vicentin. Es un tema importante que debe resolverse bien, pero no es un asunto estratégico para la Argentina. Estratégico y urgente es definir ya mismo un sostén para las PYMEs, reimpulsar su capacidad productiva y cuidar el empleo. Para eso presentamos el proyecto de Ley PYMEs hace casi un mes”.
Coinciden la mayoría en que hay temas listos para llevar al recinto como la ley de economía del conocimiento que otorga beneficios impositivos a empresas y pymes con 70% de facturación del sector incluido en este rubro como son investigaciones, robótica, nanotecnología, informática, educación, etc. Las empresas beneficiarias podrán convertir en un bono de crédito fiscal transferible, por una única vez, el 70% de las contribuciones patronales que hayan pagado. Ese porcentaje podrá subir al 80% cuando las empresas contraten mujeres, personas transexuales o personas con discapacidad, entre otras. Además tendrán una reducción del 60% en el monto total del impuesto a las Ganancias.
El Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento tuvo dictamen de comisión varias semanas atrás, acuerdo entre el Congreso y el Ministerio de la Producción y amplio apoyo. El DNU 457 de Alberto Fernández que otorgó amplios poderes a la Jefatura de Gabinete para disponer de cambios en el Presupuesto para atender la pandemia y luego el caso Vicentin, fueron dos de los temas que trabaron el diálogo entre oficialismo y oposición.
Sin embargo esta semana parece haber más apuro por el proyecto de ley de Teletrabajo. La comisión de Legislación Laboral que preside Vanesa Siley intensificó un debate que lleva más de una década y en una semana ya hubo tres reuniones. Había intenciones de tener dictamen este lunes pero, tras la participación de jueces laborales y representantes de la Unión Industrial Argentina y las empresas, la diputada del Frente de Todos convocó a una nueva reunión para mañana miércoles por la tarde. Algunos diputados pusieron reparos de último momento. De eso depende la reunión de Labor Parlamentaria que convocaría Massa para el miércoles a la tardecita. De esa comisión depende también la agenda inmediata, previa renovación del protocolo que regula las sesiones. Y ese protocolo está atado a las garantías que dé el oficialismo a la oposición respecto a no tratar temas de alto riesgo. No hay mucho margen en Diputados para imposiciones como las del Senado.
infobae.com