06 JUL | 09:46

La diócesis de La Rioja Celebró la fiesta de invierno en honor a San Nicolás

La diócesis de La Rioja vivió una nueva fiesta en honor a San Nicolás de Bari, culminando las celebraciones con la tradicional procesión, sin presencia de fieles...

...por motivo de la pandemia, este año se realizó sin presencia de fieles y alrededor de la plaza 25 de mayo. El gobernador y la intendenta de la Capital, decidieron no asistir acompañando las medidas de seguridad.

En el marco de los 100 años de Aureolización de la imagen del patrono San Nicolás, culminaron las festividades de invierno con la procesión encabezada por Monseñor Dante Braida, junto a sacerdotes de la Diócesis. 
 
En esta oportunidad y acompañando a toda la comunidad riojana, el gobernador de La Rioja Ricardo Quintela y la intendenta de la ciudad Capital, Inés Brizuela, no asistieron a la procesión. 
 
Este año, acompañando las celebraciones por el centenario de la Aureolización, el lema que acompañó fue “Cristo Vivo, Corona de los Santos”, Con María del Valle, madre del pueblo, y San Nicolás, amigo de los pobres.
 
Con presencia de los "Servidores de San Nicolás",  cuerpo de policías, equipo del COE del Gobierno de La Rioja, se custodió las imágenes respetando los protocolos por la pandemia del Covid-19, además del distanciamiento social resguardando la salud de todos los presentes. 
 
También, se hizo presente la Banda de la Policía de La Provincia quién entonó el himno a San Nicolás; los mismos acompañaron y  emocionaron con melodías que embellecieron las imágenes del Patrono y la imagen de la Virgen del Valle,  quien además se encuentra conmemorando los 400 años de aparición. 
 
Con la participación del coro de Iglesia Catedral,  y al son de las campanas comenzó a desplegarse la procesión encabezada con la Cruz Procesional, por las calles San Nicolás de Bari y Pelagio B Luna.
La ceremonia fue transmitida hacia toda la provincia mediante la señal de canal 9, FM La Torre, diferentes medios de comunicación que se sumaron a la transmisión y las distintas redes sociales diocesanas.
Finalizada la procesión y desde el atrio de la iglesia Catedral, el obispo brindó un mensaje a toda la comunidad Riojana. En sus palabras expresó en primer lugar que, "al iniciar el año, con mucha ilusión considerábamos la celebración de estas fiestas del centenario. Teníamos varios planes que tuvieron que ser modificados por la pandemia que nos afecta. Lo de ahora es una de esas modificaciones. Todo un pueblo hoy quisiera estar aquí caminando con su Santo, pero tuvimos que optar por esta modalidad".
 
Por tal motivo mencionó que "a todos los que siguen esta procesión desde sus hogares, desde distintos puntos de la provincia y del país les digo que aquí junto a San Nicolás están cada uno de ustedes como Él está en cada uno de sus hogares y en sus corazones. Y si sentimos cierto dolor por no estar aquí, ofrezcámoslo a Dios, que Él puede tomar ese ofrecimiento y hacernos mucho bien y hacer mucho bien a otras personas".
 
En lo personal, el obispo dijo que pudo "Contemplar más de cerca la vida de San Nicolás y contemplar la enorme devoción del pueblo riojano me han conmovido y edificado. Como nunca he experimentado que la santidad es un posibilidad para todos, si buscamos una amistad fuerte con Dios por sobre todo, como lo hizo Él, y si juntos, como comunidad creyente, nos involucramos para enfrentar los desafíos que nos presenta hoy la realidad eclesial y social como también lo hizo Él, siguiendo las huellas de Jesucristo verdadero hombre y verdadero Dios como tan valientemente lo proclamó"
 
Por otro lado, también enfatizó en la importancia de cada ciudadano para contribuir al bienestar y bien común "muchos querían que el Tinkunaco sea una fuente inspiradora de nuestra vida ciudadana, un modo de relacionarnos y de asumir los desafíos sociales y los conflictos procurando siempre que prime la escucha amplia de distintos sectores, el diálogo respetuoso y la búsqueda de soluciones superadoras, como lo decía el beato Angelelli" expresó. 
 
En referencia a este tiempo de pandemia, el prelado reflexionó diciendo que “Algunos la han vivido o viven con angustia y quizás en soledad. Para otros fue posibilidad de volver a reencontrarse en familia; para los padres estar más cerca de sus hijos en lo cotidiano del estudio o dialogar más en familia y hasta rezar juntos. Muchos han sufrido o sufren por no poder trabajar. Para quienes padecen alguna adicción a las drogas el drama se ha potenciado. Para otros, este tiempo, fue ocasión de emprender juntos alguna iniciativa para ayudarse mutuamente, como lo son las cocinas comunitarias o las campañas solidarias”.
 
En este sentido dijo que “percibiendo lo que vivimos y compartiendo lo que vamos experimentando a la luz de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia, iremos aprendiendo y descubriendo qué cambios tenemos que hacer para que nuestra sociedad sea más justa y equitativa y que, como Iglesia, asumamos un mayor compromiso con la época que vivimos.
 
Considero también que “esta ´tormenta inesperada’ de la pandemia es una gran oportunidad para unirnos, no solo para enfrentar los problemas que ella nos plantea, sino también para aprender a enfrentar los problemas de fondo que quizás hace mucho venimos arrastrando y que ahora se han puesto más de manifiesto”.
 
El obispo alentó también a la comunidad Riojana y dijo que “Dios nos quiere vivos y activos en nuestro tiempo, no dejemos pasar esta oportunidad de cambiar el rumbo de la historia. Sin dudas que esto implica, al mismo tiempo, recorrer un camino interior de conversión, como lo indica el mismo Francisco" manifestó. 
 
Por último, se despidió recordando y pidiendo la intervención de los Beatos Wenceslao, Carlos, Gabriel y Enrique, diciendo, "que ellos nos asistan en el camino de santidad que cada uno tenemos que transitar en este tiempo. Nuestra madre del Valle, como servidora de la esperanza, sea la que nos anime a seguir a su hijo Jesús con espíritu orante y comprometido, mientras caminamos hacia la Patria eterna", compartió.

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