Según un informe elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en julio, sin considerar las actividades esenciales -entre las que se encuentran los rubros alimentos y bebidas, farmacias y ferreterías- la retracción en las ventas hubiese trepado al 33,8%.
“Todos los rubros medidos finalizaron en baja afectados por la disminución en los ingresos, la menor circulación de gente en las calles, y las menores posibilidades de empleo en un contexto donde muchos negocios están cerrando sus puertas al no poder sostener sus gastos fijos. En los primeros siete meses del año, el comercio minorista pyme acumula así una caída anual de 31,6% frente a iguales meses del año pasado”, precisó CAME.